Este valor habla del corazón de ser un consejero adolescente, un terapeuta de adultos jóvenes y un terapeuta familiar . Es importante que en la terapia para adolescentes, la consejería para adultos jóvenes o la consejería familiar , el terapeuta pueda comprender la perspectiva del adolescente, el adulto joven o la familia. La comprensión que deben tener los terapeutas debe ser más profunda que la comprensión intelectual. Es importante tener una sensación de lo que el adolescente, el joven adulto y la familia están experimentando.

Muchas personas posponen la asistencia a la consejería para adolescentes, la terapia para adultos jóvenes y la terapia familiar debido a la preocupación por el juicio o la no aceptación. Los terapeutas, sin querer, pueden aparecer como personas que no han tenido que manejar o lidiar con las luchas de la vida.

Una cosa a tener en cuenta es que los terapeutas también son personas. No somos inmunes a los problemas de la vida ni a nuestros propios errores. Sería poco sincero juzgar a un adolescente, un adulto joven o una familia por sus luchas cuando nosotros, como terapeutas, hemos tenido que enfrentar y resolver las nuestras.

Debido a que también somos personas que hemos tenido nuestro propio viaje que emprender, esto nos permite un espacio para la empatía, la aceptación y una postura sin prejuicios para aquellos con quienes trabajamos. La vida puede presentar circunstancias que pueden ser desafiantes de formas únicas y diferentes para todos nosotros. Nuestras luchas pueden ser diferentes, pero todos estamos en el mismo viaje de superación personal de toda la vida.